El numen humanizado

Al final, resulta que no soy tan extraño como creia, el ser astemio, el no salir, el tener hobbies no comunes, el reirme de lo que nadie se rie y aburrirme con lo que todo el mundo se divierte no dejan de ser minimas diferencias. Resulta que aquello que , creia yo, me convertia en un dios entre mortales, no deja de ser pura fachada, puesto que en la esencia soy igual que el resto.

Deseo lo mismo que el resto, los anelos son los mismos ( tal vez el camino sea diferente, pero a quien importa el camino?) deseo la Gloria, deseo Fortuna........ Resulta curioso , pero todos los deseos tienen nombres de diosas ( el femenino en este caso es muy importante) y es eso al final lo que más me iguala al resto. Esa niña que marca tu infancia, esa jovenzuela que te traumatiza la adolescencia , esa chica que motiva tu juventud. Y parece ser que esos deseos, en mi persona, coinciden siempre con los deseos de otra persona ( en este caso un mortal masculino) y son negados, a menudo, por los deseos del deseo mismo. Eso me convierte en uno más, el desear lo que otros han deseado y algunos siguen haciendo, me obliga a bajar de mi olimpo, me obliga a entrar en competicion con los mortales, ni siquiera heroes, sino simples mortales. Competición por otra parte que comienzo en desventaja, devido a la negacion que Afrodita me hace de sus bendiciones. Ser un dios, no es tan facil como parece.

Y si los dioses son a los hombres, como los hombres a los monos ( como dijo alguien mucho más sabio que yo) , yo paso de dios directamente a mono, por la desgracia de PANDORA.